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Taller de Computación

Fecha: 
27 Mayo 2020
Autor(es): 
Armando Estévez Alonso

El Taller de Computación:

                    Informatización sostenible

IBM-PC original con MS-DOS

 

Con la introducción de las microcomputadoras de forma masiva en el Ministerio de Industria Básica en 1984, se hizo evidente la necesidad de contar con un equipo técnico que se hiciera cargo del despliegue de la nueva tecnología en todo el país y que se ocupara de la reparación y mantenimiento del equipamiento. Se conformó un equipo de ingenieros y técnicos muy talentosos que jugaron un papel fundamental en la generalización de las microcomputadoras en el Ministerio.

Nombres como Miguel Astencio, Juan Carlos Silió, Ernesto Creus, Pimpi, Carlos Casaus, Alejandro me vienen a la memoria como parte de aquel primer grupo que conocí en 1986 cuando tuve la oportunidad de entrenarme en la EDSAD. En ese entonces el taller radicaba en un semisótano que estaba en la parte posterior del patio de la casona de Paseo y 19. Recuerdo que cuando alguien hacía un cortocircuito, algo muy frecuente en aquellos años en que comenzaban las fuentes de pulsos, decían que había hecho una “foto” por el efecto parecido al del flash.

 

Tarjeta de video de la IBM-PC: monocromática con sólo 4 Kbytes de RAM

 

En aquel taller se reparaban las tarjetas electrónicas de las computadoras e impresoras, se hicieron los planos de decenas de tarjetas, se le cambiaba el cuarzo a las motherboards para aumentar la velocidad del procesador a 8 MHz (Overdrive), se reparaban los cabezales de las impresoras Okidata con resina epóxica DevCon cuando se deformaban por el uso y se hacían otros muchos trabajos. En aquella época no había manera de conseguir repuestos, se reparaba osciloscopio en mano y se cambiaba el circuito integrado, con cuidado de no echar a perder la placa. El nivel de integración actual hace casi imposible este tipo de reparaciones, pero en aquella época eran el día a día.

 

Impresora Okidata y detalle del cabezal

 

De esta etapa vale la pena destacar el trabajo con los discos Tallgrass, unos discos externos que en aquellos tiempos tenían la “enorme” capacidad de 20, 25 y hasta 70 Megabytes, además venían con una unidad de cinta incorporada para hacer las salvas de la información. En aquella época las PC sólo tenían unidades de disquete y aquellos discos Tallgrass fueron un complemento esencial para los sistemas con bases de datos como SISCONT. Las fuentes de estos discos tenían unos condensadores grandes que cuando se averiaba el circuito se quedaban cargados a 220 volts y más de un técnico sufrió una desagradable descarga al manipular las tarjetas, enseguida aprendimos que al desconectar la fuente lo primero que había que hacer era descargar los condensadores con la punta de un destornillador.

 

Disco externo Tallgrass de 20 MBytes con cassette de salvas integrado

 

El Taller jugó siempre un papel fundamental en la conservación y actualización del equipamiento y en la definición de las tecnologías que se debían adquirir. Varios de sus técnicos adquirieron certificaciones internacionales de soporte técnico de HP, EPSON, Toshiba y otros fabricantes de equipamiento. De aquel equipo de trabajo inicial muchos recordarán a Juan Carlos Silió, fallecido hace poco más de un año y que pasó a ser comprador internacional cuando hizo falta un técnico de experiencia para asegurar la capacidad importadora de la empresa.

En años posteriores el taller tuvo altas y bajas; pero siempre se mantuvo como una parte esencial de Tecnomática y como uno de los servicios más necesarios y prestigiosos de la empresa. Como jefes del taller pasaron Lastra, Enrique (el mago de las laptop), Moisés, Rafael “el gago”, Jorge A. Franco y después Juan Alberto Olivera que se mantiene al frente del mismo.

En el año 2003 se crearon representaciones de Tecnomática en varias provincias del país que actuaban como oficinas de venta y talleres, dando respuesta al llamado del MINCEX de que las importadoras de equipos informáticos debían dar soporte técnico a nivel nacional.  Una de las funciones principales de estos grupos fue dar atención al Control Nacional de Medicamentos (QUIMEFA, el antecesor de BIOCUBAFARMA acababa de ser incorporado al MINBAS) y los grupos provinciales atendían a las droguerías en todo el país. En algunas provincias como Villa Clara y Santiago la representación se hacía a través de un grupo local de INEL o de la OBE y en otras había un representante asilado o un grupo de Trabajo. El más activo d estos grupos fue el de Camagüey con Bárbara Migoyo al frente. Comenzaron atendiendo la provincia de Camagüey con dos técnicos y luego fueron ampliando su territorio y creciendo en personal según fueron desapareciendo otros grupos en la zona oriental. Hoy cubren desde Ciego de Ávila hasta Guantánamo con un gran número de clientes y 4 trabajadores: Baby, Sergio, Yasser y Adrián. No podemos dejar de mencionar a Eduardo que estuvo con Baby casi desde los inicios y falleció repentinamente en 2016.

Uno de los golpes más duros para el taller de la Habana fue cuando estuvieron más de un año sin local debido a la mudada de Tecnomática para el edifico del Ministerio. En aquel momento nos asignó la ministra Yadira el local de Castillejo, antiguo Gimnasio del MINBAS y hubo que trabajar muy duro en acondicionarlo para el trabajo del Taller. Actualmente enfrentan una situación similar desde hace casi un año debido a la necesidad de reparar nuevamente ese local y han estado trabajando en el almacén o en Vía Blanca y Fábrica, en muy difíciles condiciones.

Hoy laboran en Tecnomática varios compañeros que han estado vinculados al taller durante largo tiempo, primero que nadie Manuel, que se mantiene trabajando junto con Albertico y que ha pasado por todos los momentos difíciles del grupo, Mayda la facturadora histórica del taller, ya jubilada, Yohandry que comenzó como adiestrado y heredó de Enrique el trabajo de las laptop, Tomás que se destacó en la atención a las impresoras de Biocubafarma, Maykel y otros muchos compañeros. No podemos dejar de mencionar a Josué Prats y a Lorge, ambos de la UEB de Infocomunicaciones, que realizan las mismas funciones del taller dentro del edificio del Ministerio.

A veces olvidamos la importancia del trabajo de estos talleres; pero en los últimos 5 años han reparado más de 200 impresoras, modernizado o reparado más de 4000 PC de escritorio y ensamblado más de 2000 PC. Los talleres de computación de La Habana y Camagüey constituyen una parte esencial de Tecnomática desde su creación como empresa y han demostrado durante estos 40 años su importancia para garantizar la sostenibilidad del proceso de informatización.

 

Elaborado por: Armando Estévez Alonso

27 Mayo, 2020

 

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